Alrededor de 70 años han transcurrido desde que el monstruo favorito de la pantalla grande hizo su aparición por primera vez. Un ser que emulaba la aberración ocurrida en Hiroshima y Nagasaki y por qué no, a lo aterrador que puede ser el humano.
A pesar de ello, su característica figura ha sido aceptada por la gente, llegando incluso a su admiración, razón por la cual ya han sumado alrededor de 36 películas del “Rey de los monstruos” además de la serie en transmisión “Monarch: Legacy of Monsters”.
Con tal cantidad de contenido uno pensaría que ya no hay más qué aportar a este “Monsterverse”… hasta que la cuenta va hacia atrás: “Godzilla: Minus One”, donde vemos al titán de la forma más aterradora que puedas imaginar.
La historia gira entorno a Koichi (Ryunosuke Kamiki), un piloto japonés que deserta de su deber en los últimos días de la segunda guerra mundial. Tal decisión lo lleva a sentirse responsable de la gran cantidad de destrucción de su tierra, aunado al increíble suceso que presenció aquella oscura noche, misma que comenzaría su impotente sentido de culpabilidad. Esa noche, en la que vio de frente a la muerte misma, gigante, omnipotente y destructora, a la que tendrá que enfrentar de nuevo para eliminarla de una vez por todas.
Ante todo esto, podríamos darnos cuenta de que esta vez existe un equilibrio perfecto entre el drama humano, el terror, la ciencia ficción y la fantasía, dándonos la mejor película de Godzilla. Dado a que no solamente estamos presenciando un ser cuyo poder es catastrófico, sino también que la visión del Director Takashi Yamazaki nos invita a reflexionar sobre que todos aquellos obstáculos que suelen nublarnos y hacernos sentir atrapados ante un entorno de imposibilidades también pueden ser derrotados si nuestro valor es igual o más grande que esa adversidad.
Y es que “Minus One” no solo se ve y escucha, sino que se siente. Puedes empatizar con la preocupación y la impotencia además de la esperanza, con la vida de nuestros protagonistas.
Estamos completamente seguros de que los fans de “Goji” entrarán en conflicto cuando vean el poder destructivo del monstruo y a su vez el daño que causa a tanta gente inocente que lucha por su paz.
Algo que ha hecho dudar a la crítica es cuando se comenta que la cinta solo contó con 15 MDD de presupuesto, hasta que lo ve. Es clara la optimización y aprovechamiento de recursos con los que se contaba, puesto que existen algunas escenas en las que, por ejemplo, el CGI se encontraba menos pulido a comparación de escenas clave que son las que vuelven icónico a este metraje. Si, en ocasiones el entorno se percibe irreal o plano, pero esta parte del absurdo es lo que hace icónico a este mundo de los Kaijus. Mismo que lo hace ver como si fuera una película de los 50-60’s remasterizada.
Si bien no hay aspectos considerablemente malos, si se debe hacer presente que la capacidad actoral de algunos no es la más convincente de todas, misma que se hace evidente en los momentos de tristeza, donde Ryunosuke o Minami Hamabe (quien interpreta a Noriko), debieron aportar más a aquellos momentos que nos tenían con el corazón apachurrado.
Sin embargo, todo ello se perdona cuando retornamos a nuestra estrella principal: Godzilla. Quien apoyado de una banda sonora tremendamente épica brilla y atemoriza como nunca. Naoki Sato entiende a la perfección lo imponente que debe hacerse ver a esta criatura, desde su primera hasta su última aparición, hablando por supuesto de retomar bandas sonoras clásicas de este cine. Además, el diseño del personaje nos adentra también a los primeros años. Si el infierno tuviera un cuerpo sería este:
Espinas dorsales tan grandes como rascacielos, Piernas que retumban cual terremoto cuando dan un paso, un cuerpo y rostro inefables, un ser que haría petrificarte y rendirte de inmediato.
Godzilla es la muerte encarnada, la tragedia, desesperación y desesperanza. Una joya de película, enorme como este monstruo “indestructible”…es sublime
Larga vida al Rey de los Monstruos
4.5 / 5 ⭐
“Godzilla: Minus One” llegará este 28 de diciembre a todas las salas de cine del país, en idioma original.
Gracias a Konnichiwa Festival ❤