Los videojuegos han sido todo un tema de conversación entre la mayoría de la gente, sobre todo cuando ocurren tragedias como balaceras en escuelas o golpes en cines por boletos para una película. La opinión general siempre pone sobre la mesa el hecho de que un videojuego violento pudiera generar conductas del mismo estilo, sin embargo Molecular Psychiatry ha realizado un estudio que confirma lo contrario.

Si bien la evidencia científica no ha sido concluyente con respecto a este tema, algunos estudios sugieren que los videojuegos violentos desencadenan pensamientos agresivos y otros estudios no logran encontrar tales efectos. En el caso de la información que veremos en estos momentos, se puede concluir que finalmente el entretenimiento electrónico no altera para nada tus patrones de pensamiento ni formas de actuar.

La mayoría de los estudios existentes han probado los efectos inmediatos de la jugabilidad a corto plazo, pero los autores del estudio Simone Kühn y su equipo dicen que los hallazgos de estos estudios podrían representar efectos primarios. Por ejemplo, un aumento en la agresión después de una hora de juego violento de videojuegos podría simplemente indicar que el juego violento hizo que los pensamientos agresivos fueran más accesibles. Para mirar más allá de los efectos de preparación, Kühn y sus colegas centraron su experimento en los efectos a largo plazo del juego violento habitual.

Distintos adultos de entre 18 y 45 años fueron asignados al azar a uno de tres grupos. Al grupo de videojuegos violentos se le asignó jugar a Grand Theft Auto V durante al menos 30 minutos al día durante dos meses. Un grupo de control activo jugó un videojuego no violento, Los Sims 3, durante la misma cantidad de tiempo. Finalmente, no se asignó un grupo de control pasivo para jugar a ningún videojuego, sino que se probó junto con los demás participantes. Ninguno de los participantes tenía experiencia previa con los dos videojuegos, y todos los sujetos informaron poco o ningún uso de videojuegos en los últimos seis meses.

Los participantes completaron una amplia gama de evaluaciones antes e inmediatamente después de la intervención de videojuegos de dos meses. También participaron en una evaluación de seguimiento dos meses después de que finalizó la intervención. Las evaluaciones cubrieron varios dominios psicológicos e incluyeron múltiples medidas de cada constructo. Estos constructos incluían agresión, empatía, comportamiento prosocial, impulsividad, ansiedad, depresión y control ejecutivo.

Los investigadores realizaron dos análisis separados para comparar las puntuaciones de los participantes que jugaron el videojuego violento con las puntuaciones de los que jugaron el juego no violento o no jugaron. También realizaron un análisis para ver si los que jugaron el juego violento puntuaron de manera diferente antes y después de la intervención. Ninguno de estos análisis reveló ningún efecto perjudicial de los videojuegos violentos, lo que sugiere que los temores que rodean el impacto negativo de los videojuegos violentos pueden ser infundados.

El estudio también revela muchos datos interesantes adicionales, así que si quieren darle una checada les recomendamos hacerlo en el artículo original.

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