La temporada de lanzamientos en la industria de los videojuegos comenzó con el pie derecho este 2022, ofreciéndonos un título que había venido anticipando su llegada desde el primer State of Play en el que conocimos la PS5. Sifu, un título de acción y aventura que tiene como mayor proeza una historia, que acompañada de grandes batallas, seguramente te hará sufrir hasta el último instante. ¿Qué nos pareció entonces? Averígualo en esta review.
La dificultad en los videojuegos ha sido desde siempre un tema de debate entre aquellos que opinan que ningún nuevo lanzamiento debería ser tan difícil como para que algunos no puedan terminarlo de principio a fin, sin embargo está el otro bando que defiende que siempre es interesante tener delante un nuevo adversario que en primera instancia se sienta imposible de superar, para posteriormente y con unos cuantos intentos fallidos, puedas dejarlo de lado y hacerte de un sentimiento de satisfacción mucho mayor. Así pues, Sifu se coloca dentro de este segmento, y nos da como jugadores una campaña ciertamente complicada de jugar.
Aunque Sifu se distancia de otros como Dark Souls, al no solamente ser difícil al enfrentarte contra enemigos de distinta índole, sino que también añade una interesante variante como es la edad de nuestro protagonista que va aumentando de acuerdo a las muertes que sufres, poniendo frente a nosotros un interesante factor “contra reloj” que desafía nuestra habilidad, aprendizaje y aplicación de todos los conocimientos que vayamos adquiriendo en cada nivel. Además poco a poco generarás experiencia, no solo práctica, sino también aplicable en forma de nuevos combos que se irán desbloqueando para sentir que progresamos verdaderamente.
Es ahí donde Sifu destaca, ya que pocos títulos tienen un sentimiento tan grande de progresión como este y aunque estoy seguro que al inicio estarás tan desesperado que posiblemente desistirás en tu intento por concluirlo, tus ganas de convertirte en un maestro de las artes marciales (al menos en los videojuegos) seguirán yendo en aumento y provocarán que no quieras dejar de jugar. Al menos en mi caso, los primeros días que tuve con el juego me parecieron malísimos ya que me sentía inútil ante los contrincantes que me retaban, pero poco a poco fui tomando más confianza en mí mismo y terminé dominando los contraataques que en este videojuego son básicos.
Si me pidieran describir Sifu, les diría que es como un juego de peleas que en vez de únicamente poseer combates contra el CPU, también te da una historia llena de venganza y superación por conocer. Y es que el modo de juego es muy parecido al de un Street Fighter, por ejemplo. ¿Por qué lo digo? Es sencillo, la manera en que bloqueas, te desplazas y realizas acciones como derribos son bastante parecidos y si estás acostumbrado a ellos seguramente te costará menos trabajo adaptarte. Como en los ya mencionados, el poder practicar y dominar cada una de las posibilidades que tienes serán fundamentales.
Al momento de escribir esta reseña, Sloclap ya ha lanzado un parche que añade también una dificultad menor, además de una “extrema” para aquellos que les gusta llorar de la frustración. Para muchos este modo debería haber estado incluido desde el inicio, y posiblemente algunos ya ni se habrán enterado de su existencia, pero al menos puedes saber que si en estos momentos te decides a afrontar los retos de Sifu seguramente ya no te parecerá tan frustrante.
Por otro lado el estilo de arte es uno de sus puntos más fuertes y con gráficos al más puro “cel-shaded” clásico te remontarán a los mejores tiempos de los beat-em-up, además de que cada elemento que posee está perfectamente ligado al otro; inclusive los menús de pausa, iniciales y textos al cargar resultan muy bonitos, sobre todo para quienes gustan de la cultura oriental. Si algún pero he de ponerle aquí es la música, ya que siento que esta desaprovechada en secciones como la de la discoteca.
En conclusión, Sifu es un gran juego de acción aventura que pondrá a prueba tu paciencia y ganas de superación, al poner frente a nosotros una aventura llena de venganza, superación y grandes momentos, que resultan todavía más satisfactorios al saber que después de tantas caídas, logramos ponernos de pie y salir adelante ante cualquier adversario.