Nota: esta reseña no contiene spoilers.

La espera por una de las cintas más anticipadas del año y posiblemente de la última década ha llegado a su fin y hoy, 15 de diciembre (al menos en México) estamos ante el momento de presenciar la más reciente aventura del amigable vecino, Peter Parker. Marvel Studios y Sony Pictures se embarcan nuevamente en una colaboración que representa buena parte del presente y futuro ante el que estaremos quienes hemos venido siguiendo el Marvel Cinematic Universe los pasados 10 años.

Si bien la campaña publicitaria del largometraje se ha visto envuelta en una de las polémicas más grandes, sobre todo por las filtraciones que nos hacían dudar de lo que veríamos en pantalla grande. Las expectativas de toda la gente parecen haber llegado a los cielos, inclusive por encima de otros proyectos gigantes como lo fue Avengers: Endgame. Las preventas en todo el mundo se convirtieron en un caos y con solamente dos tráilers oficiales en su haber, no podrían alcanzar una mayor gloria en cuestión mercadológica.

Y aunque la historia de Spider-Man: No Way Home no nos queda del todo clara al estar cubierta en tanto secretismo, podemos confirmar que se sitúa directamente después de los hechos vistos en Spider-Man: Far From Home, con un Mysterio recién fallecido por culpa de los drones de Stark Industries. La identidad de Peter Parker se ve comprometida y las desgracias en la vida preparatoriana de este muchacho interpretado por Tom Holland cae en una pendiente que arrastra también a personas cercanas a él.

Como bien se aprecia en los materiales promocionales, que seguramente has visto en incontables ocasiones, las cosas salen mal al recurrir a Doctor Strange quien busca ayudar al hombre araña con un hechizo que pondrá en riesgo la estabilidad del multiverso, trayendo a viejos enemigos de la franquicia y dando pie a una historia épica de poco menos de dos horas y media en las que afrontarás muchas risas, llanto, gritos y un montón de sensaciones únicas que ni siquiera sabías que podías experimentar.

Claro está, es complicado poder hablar de detalles más extensos sobre Spider-Man: No Way Home, ya que se hacerlo podríamos arruinar su experiencia y lo que más deseo es que lleguen con el mejor conocimiento posible a las salas de cine para que así te sorprendas como yo lo hice al estar delante de la gran pantalla. La experiencia es simplemente un cúmulo de fan-service sin igual que detona en distintas situaciones que te harán sentir como un niño pequeño al presenciar la que, posiblemente, se convierta en tu película favorita del arácnido.

El apartado visual del proyecto liderado por Jon Watts, además toma cierta inspiración cinematográfica de los trabajos que hicieran populares otros directores como el aclamado Sam Raimi en la trilogía original de Spider-Man que iniciara por allá del 2002, deleitándonos con tomas íntimas, familiares y cálidas que seguramente te remontarán a otra época de tu vida en la que seguramente no te preocupaban temas como el SAT o su desprecio. Sin duda alguna un trabajo espectacular que combina lo mejor de la nostalgia con la modernidad del MCU.

Por otro lado, sonoramente, Spider-Man: No Way Home añade composiciones espectaculares de Michael Giacchino que te trasladan a un vortex de emociones que no paran y que aderezan excelentemente las escenas cuando tienen algo de romanticismo, acción o hasta bromas, y aunque no hay canciones que se queden impregnadas en tu ser, seguramente algunas de ellas servirán como pretexto para sacarte lagrimitas durante toda la función.

El espléndido casting liderado por Tom Holland y Zendaya también se ve acompañado por el retorno de actores de peso como lo son Alfred Molina, Willem Dafoe, Jamie Foxx, Thomas Haden Church y hasta Rhys Ifans, además del regreso de Benedict Cumberbatch que por cierto se comportan a la altura del ambicioso proyecto, y en ningún momento decepcionarán a nadie.

Destacar sobre todo el trabajo de los villanos, que sin duda alguna son espectaculares y sobre todo en el contexto de la cinta están bastante bien encajados; eso sí, como era de esperarse, es Willem Dafoe quien nuevamente brilla al darle vida al Duende Verde en un nuevo universo. El desarrollo de todos los antagonistas me pareció adecuado, aunque en ocasiones quizá un poco forzado.

En conclusión, Spider-Man: No Way Home es una de las mejores cintas de súper héroes que he visto y también de las más épicas a nivel de fan-service que verás en tu vida. Eso sí, el inicio es un tanto extraño y hasta molesto ya que tarda un poco en despegar, pero cuando lo hace no para hasta llevarte al extasis. Una película que debes ver y disfrutar como si fuera la primera vez.

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