Antes de entrar en la opinión, he de decirte que jugué The King of Fighters desde el 94, llegando a la casa con las tortillas frías; hice varios amigos jugando la franquicia e incluso tuve mi primera decepción amorosa debido a él, pero esa es otra historia. Vamos a hablar de esta entrega que a mi gusto le regresa la gloria a la saga.
Visualmente los personajes tienen una estética más apegada al Street Fighter V, en cuanto al volumen de su cuerpo. Pero recordando los inicios de la franquicia, podría remitirnos a Art of Fighting, donde la relación del personaje y el escenario hacía ver mayor a los protagonistas y si bien es cierto que el 3D de la entrega anterior dejó mucho que desear, al caricaturizar más el fondo, nos regresa esa sensación de realismo en los luchadores que sobresalen a su entorno.
complexión media como Ryo, Robert, Iori eran bastante ágiles, con el aumento de volumen, era imposible mantener esa movilidad, así que un jugador de más tiempo, podría sentir a estos con el peso parecido a Máxima en el 2002, pero por otro lado, llegan personajes como Meitenkun, con una agilidad atroz, pero menos daño por golpe, aunque todos estos cambios se empiezan a dominar rápido y se podría decir que también acercan su movilidad a varios juegos actuales, pensemos que la mayoría de pro players de juegos de pelea no se especializan en un solo título y esto podría ayudarles en las competencias.
Ya hablamos de los cambios en la física del juego, llegan nuevos personajes, desaparecen algunos otros, pero ¿La jugabilidad? Los controles se sienten incluso más dinámicos que en algunos títulos anteriores, permitiendo de manera más sencilla realizar los combos aún con control, aunque lo ideal sigue siendo jugar con joystick, para ser más precisos los movimientos, golpes, counters, hay tantas maneras de evitar daño y contraatacar que sin duda el juego competitivo será muy vistoso.
una historia rápida, que se podría acabar en menos de 40 minutos, un buen grado de dificultad, amable al jugador, con una facilidad para los combos y contraataques que además de darnos un buen espectáculo, también nos otorga la posibilidad de remontar un enfrentamiento que se sentía perdido y quedar en expectativa de saber quién dio el último golpe. Un juego que promete mucho, tanto en competitivo, como en jugadores casuales que se reúnen para echar la reta, como en los viejos tiempos.