Si el primer Kingdom Come: Deliverance nos sumergió en la Europa medieval con un nivel de realismo impresionante, su secuela eleva la apuesta en todos los aspectos. Warhorse Studios ha refinado su fórmula, entregando un RPG ambicioso, detallado y desafiante que hará las delicias de los amantes de la historia y los juegos de rol hardcore.

Un mundo que respira historia

Bohemia nunca se había visto tan viva. Desde aldeas rurales hasta castillos imponentes, todo en Kingdom Come: Deliverance II está diseñado con un nivel de detalle casi enfermizo. Las calles de las ciudades están llenas de actividad, los campesinos trabajan en los campos, los soldados patrullan, y cada NPC sigue una rutina propia que cambia según la hora del día o el clima.

Además, la narrativa sigue siendo uno de sus puntos fuertes. Volvemos a ponernos en la piel de Henry, quien ahora enfrenta nuevas intrigas y conflictos en su búsqueda de venganza y propósito. Las misiones secundarias, lejos de ser simples recados, están cargadas de historia y consecuencias, haciendo que cada decisión importe.

El combate: más pulido, pero aún desafiante

El sistema de combate, que en la primera entrega dividió opiniones por su realismo extremo, se siente más refinado aquí. Sigue siendo exigente, con un fuerte énfasis en la precisión, la resistencia y la táctica, pero ahora es más accesible sin perder su esencia. La sensación de peso en cada golpe, la importancia del posicionamiento y la variedad de armas hacen que cada duelo se sienta intenso y peligroso.

Por otro lado, el sigilo y la diplomacia siguen siendo opciones viables. Si prefieres evitar la lucha, puedes usar el carisma, la intimidación o incluso el soborno para resolver conflictos sin desenfundar la espada.

Un realismo que puede ser un arma de doble filo

Si algo caracterizó a Kingdom Come: Deliverance fue su compromiso con el realismo, y la secuela mantiene esta filosofía. No hay marcadores mágicos de misión, los NPCs tienen memoria y recuerdan tus actos, y el sistema de progresión es completamente orgánico. Esto significa que aprender a leer, mejorar en la esgrima o incluso saber cómo vestirse adecuadamente para una reunión son habilidades que debes desarrollar de manera natural.

Sin embargo, este realismo puede ser una barrera para algunos jugadores. Las mecánicas de supervivencia, como la necesidad de dormir, comer o mantener la ropa en buen estado, pueden sentirse tediosas para quienes buscan una experiencia más dinámica.

Apartado técnico: una joya visual con algún tropiezo

Visualmente, el juego es espectacular. Los paisajes, la iluminación y la atención al detalle hacen que cada escenario parezca sacado de un cuadro medieval. La banda sonora es otro punto fuerte, con melodías orquestales que refuerzan la inmersión y efectos de sonido que hacen que cada batalla o paseo por el bosque se sienta auténtico.

No obstante, el juego no está exento de algunos problemas técnicos. Aunque ha mejorado respecto a su predecesor, ciertos bugs, tiempos de carga largos y caídas de rendimiento pueden romper la inmersión en algunos momentos. Nada catastrófico, pero sí detalles que pueden frustrar en situaciones clave.

Conclusión: un RPG que recompensa la paciencia y la inmersión

Kingdom Come: Deliverance II no es un juego para todos. Su apuesta por el realismo puede ser intimidante, pero para aquellos dispuestos a sumergirse en su mundo detallado y desafiante, ofrece una de las experiencias RPG más profundas y satisfactorias de los últimos años.

Calificación final: 8.5/10

Pros:
✅ Mundo detallado y lleno de vida
✅ Narrativa madura y con decisiones significativas
✅ Combate mejorado y más accesible
✅ Banda sonora y ambientación de primer nivel

Contras:
❌ Algunos bugs y problemas de rendimiento
❌ Mecánicas de realismo que pueden ser tediosas
❌ No es un RPG para quienes buscan acción rápida

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