El mundo católico amaneció con una gran noticia: ya hay nuevo Papa. El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost fue elegido como el sucesor de Francisco y ahora es oficialmente el Papa número 267 de la Iglesia Católica, bajo el nombre de León XIV.
Este anuncio llegó el 8 de mayo de 2025, cuando la famosa “fumata blanca” (como le dicen del otro lado del charco) salió por la chimenea de la Capilla Sixtina. Poco después, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el cardenal Dominique Mamberti soltó el clásico “Habemus Papam”, confirmando que el nuevo líder espiritual de más de mil millones de católicos ya había sido elegido.
¿Quién es León XIV?
Robert Prevost nació en Chicago el 14 de septiembre de 1955, así que sí: tenemos un Papa norteamericano, algo poco común en la historia de la Iglesia. Es miembro de los agustinos (O.S.A.) y lleva años trabajando en cargos importantes dentro del Vaticano. Antes de ser Papa, era prefecto del Dicasterio para los Obispos y también presidía la Comisión Pontificia para América Latina.
Fue nombrado cardenal por el propio Francisco en 2023, y más recientemente (en febrero de 2025) ascendió al rango de obispo cardenalicio, lo cual ya lo perfilaba como uno de los favoritos en este cónclave.
¿Cómo fue la elección?
La votación se resolvió en la cuarta ronda del segundo día del cónclave, con 133 cardenales reunidos en el Vaticano. Al parecer, el consenso fue bastante rápido, lo cual habla bien de su imagen dentro de la Iglesia. Apenas se vio el humo blanco, miles de personas comenzaron a reunirse en la Plaza de San Pedro para esperar su primera aparición.
¿Qué podemos esperar de León XIV?
Quienes lo conocen dicen que es una persona tranquila, humilde y muy enfocada en el diálogo. Tiene mucha experiencia tanto en EE. UU. como en América Latina, lo que le da una perspectiva bastante global. Además, ha formado parte de dicasterios muy importantes como el de la Doctrina de la Fe y el de las Iglesias Orientales.
Su elección podría marcar un nuevo rumbo para la Iglesia, especialmente en temas de inclusión, renovación interna y enfoque pastoral más cercano a la gente.
Por ahora, muchos fieles están expectantes y con esperanza de que León XIV se convierta en una figura de unidad en un momento donde el mundo (y también la Iglesia) enfrenta varios desafíos.